La infraestructura vial argentina dio un paso
central hacia su modernización con la puesta en marcha de la primera etapa de
la Red Federal de Concesiones. Mediante la Resolución ochenta barra dos mil veinticinco,
la Nación adjudicó setecientos cuarenta y un kilómetros de rutas nacionales y
el puente Rosario-Victoria, en el marco de un ambicioso plan que apunta a
administrar y mantener corredores estratégicos sin erogaciones del Estado.
El esquema se divide en dos grandes segmentos: el
Tramo Oriental y el Tramo Conexión, ambos comprendidos dentro del corredor vial
del Mercosur, un eje vital para la vinculación comercial con Brasil y Uruguay.
En el caso del Tramo Oriental, la adjudicataria fue
Autovía Construcciones y Servicios SA, empresa del grupo José Cartellone, que
tendrá bajo su responsabilidad rutas que atraviesan Buenos Aires, Entre Ríos y
Corrientes. Se trata de verdaderas arterias del transporte internacional, donde
se prevén obras de ampliación, repavimentación, iluminación, señalización y
mejoras en accesos. También se reforzará la seguridad vial con intervenciones
en puntos críticos y la instalación de puestos de control y monitoreo en tiempo
real.
Por su parte, el Tramo Conexión quedó a cargo de un
consorcio integrado por Obring SA, Rovial SA, Edeca SA, Pitón SA y Pietroboni
SA. Este segmento incluye el puente Rosario-Victoria, uno de los enlaces
estratégicos más importantes del país por su conexión directa con la red
portuaria y los centros productivos del Gran Rosario. La concesión contempla
obras destinadas a agilizar la circulación, reducir tiempos de traslado y
fortalecer las cadenas de exportación, especialmente en el sector
agroindustrial.
La Etapa I abarca más de setecientos kilómetros y constituye
un tramo esencial del Corredor del Mercosur, articulando provincias y
conectando con cuatro pasos fronterizos. Según el Gobierno, una de las claves
del nuevo modelo es que no demandará subsidios estatales, a diferencia del
sistema anterior, que era deficitario y dependía de aportes públicos. La
administración nacional afirma que esta reconversión permitirá mayor
previsibilidad, reducción de costos operativos y un esquema sostenible para
inversiones futuras.
En etapas subsiguientes, se incorporarán más
corredores hasta superar los nueve mil kilómetros concesionados en todo el
país, con el objetivo de impulsar una transformación integral de la
infraestructura vial argentina y reforzar la competitividad logística en
Sudamérica.








