El presidente Javier
Milei enfrenta un creciente rechazo social por su estilo
confrontativo. Según el Monitor Nacional de julio 2025 de la
consultora Analogías, el 73% de los argentinos
desaprueba su forma de expresarse, mientras que dos de cada tres
personas lo consideran violento.
La caída de cuatro
puntos en su imagen positiva en apenas un mes refleja el impacto de su
discurso agresivo, que ya genera malestar incluso entre empresarios cercanos al
oficialismo. “No aguantamos dos años más con este estilo de manejar el
poder”, habrían expresado referentes del sector privado, según reveló LPO.
El sondeo también
muestra que la mitad de los simpatizantes del oficialismo no se
identifican con el espacio libertario, lo que evidencia una base de
apoyo fragmentada. Muchos provienen del antiperonismo
liberal, pero rechazan los insultos y la confrontación permanente como
método de gobierno.
La encuesta alerta
que el respaldo al plan económico también se desgasta. Aunque
la baja de la inflación fue el principal argumento de
legitimidad del gobierno, dejó de traducirse en apoyos adicionales. En cambio,
crece la percepción de conflictividad social y la desconfianza
en que el ajuste logre resolver los problemas estructurales del país.
En este contexto,
el estilo de Milei, más que un rasgo personal, se percibe como un
obstáculo para gobernar. La política, advierten analistas, no
se sostiene solo con insultos ni con Twitter: requiere acuerdos y estabilidad,
dos elementos que su discurso agresivo parece dinamitar.








