Este jueves veinte de noviembre, la Iglesia
Católica recuerda a San Edmundo Rey, monarca anglosajón de East Anglia y
mártir cristiano, cuya vida quedó marcada por la defensa inquebrantable de su
fe en tiempos de invasiones y violencia.
Edmundo gobernó durante la segunda mitad del siglo
nueve, cuando los pueblos daneses avanzaban sobre Inglaterra. La tradición
narra que, ante la exigencia de renegar de Cristo, el joven rey se negó
rotundamente, eligiendo el martirio antes que traicionar sus convicciones
cristianas. Fue ejecutado brutalmente, pero su valentía lo convirtió en símbolo
de fortaleza espiritual para generaciones posteriores.
Tras su muerte, su tumba se transformó en un centro
de peregrinación, y su nombre quedó asociado a la defensa del pueblo y de la fe
en épocas turbulentas. Hoy, la liturgia lo presenta como ejemplo de entrega
total y fidelidad hasta el final.
Además del rey mártir, este día la Iglesia también
recuerda a San Félix de Valois y a San Bernwardo de Hildesheim, aunque la
figura central del santoral sigue siendo Edmundo, uno de los primeros santos
patronos de Inglaterra.








