Washington se
encuentra en estado de máxima alerta ante la posibilidad de lanzar ataques
militares contra Irán en los próximos días, según reveló la agencia Bloomberg
citando fuentes cercanas a la administración estadounidense. Aunque la
situación aún está en evolución, se señala que varias agencias federales ya se
están preparando logísticamente para una eventual intervención directa en el
conflicto.
De acuerdo a las
fuentes, algunos altos mandos del gobierno consideran que un ataque podría
materializarse incluso durante el fin de semana. Esta movilización en
estructuras clave del gobierno de EE.UU. es interpretada como una señal clara
de que se están ensamblando los mecanismos necesarios para una ofensiva.
En este contexto,
Bloomberg indicó que la demora en una orden de ataque inmediata tendría como
fin ofrecer a Teherán una última oportunidad para desistir de su programa de
enriquecimiento de uranio. “Esperar unos días da a los líderes iraníes una
oportunidad adicional para demostrar a Trump que están dispuestos a renunciar a
algunas capacidades nucleares”, señaló el medio.
La retórica del expresidente
Donald Trump —quien lidera las decisiones estratégicas ante la retirada del
actual gobierno de Biden de las negociaciones— se ha endurecido en las últimas
horas. El magnate no ha descartado una solución militar al "problema
iraní", ha exigido la "rendición incondicional" del régimen
persa, y ha lanzado amenazas abiertas al señalar que EE.UU. “sabe dónde se
esconde el líder supremo Alí Jameneí”.
Según informes de The
Wall Street Journal y Axios, Trump aprobó en la noche del martes
diversos planes de ataque, aunque aún no emitió la orden definitiva. Se
trataría de una jugada que combina presión militar con un margen diplomático
mínimo, en un tablero regional altamente volátil.
El conflicto se
disparó el pasado 13 de junio, cuando Israel lanzó un ataque sorpresa contra
objetivos iraníes. Desde entonces, ambas naciones han intercambiado bombardeos,
agravando las tensiones. Irán asegura que el objetivo israelí fue boicotear una
nueva ronda de negociaciones nucleares prevista para el domingo en Mascate,
Omán.
El canciller
iraní, Seyed Abbas Araghchi, remarcó que su país “mantiene el carácter
pacífico” de su programa nuclear y aún apuesta por una solución diplomática.
Sin embargo, las condiciones se deterioran rápidamente.
En medio del
conflicto, la comunidad internacional ha comenzado a manifestarse. Rusia, China
y otros países han condenado duramente la ofensiva israelí, calificándola de
“grave violación del derecho internacional” y de la Carta de las Naciones
Unidas.
El mundo observa
con preocupación. Cualquier acción militar directa de EE.UU. en Irán podría
encender una nueva guerra en Medio Oriente, con consecuencias impredecibles
para la estabilidad global.