En la madrugada de
este lunes, Irán inició una nueva y masiva ofensiva contra el territorio
israelí, según informaron medios estatales iraníes. La operación, denominada
"Promesa Verdadera 3", fue ejecutada por la Fuerza Aeroespacial de
los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, que lanzó una combinación de
misiles balísticos de alta precisión y vehículos aéreos no tripulados (drones)
hacia múltiples objetivos dentro de Israel.
“Se han disparado
un gran número de misiles punto a punto contra objetivos importantes y
estratégicos en las profundidades de los territorios ocupados”, informó la
agencia iraní Tasnim. Videos difundidos muestran proyectiles en vuelo desde
Bagdad y Cisjordania con dirección a Israel.
La agencia ILNA
detalló que el ataque se desarrolló en dos fases: primero, más de 140 drones
despegaron hacia Israel, seguidos por una oleada de misiles programados para
impactar de manera simultánea con los aparatos no tripulados. Las Fuerzas de
Defensa de Israel (FDI) confirmaron el lanzamiento y aseguraron estar
trabajando en tareas de intercepción, aunque advirtieron que “la defensa no es
hermética” y recomendaron a la población mantenerse en refugios.
El líder supremo
iraní, Alí Jameneí, compartió una imagen simbólica del ataque en redes sociales
y declaró: “La República Islámica, con el permiso de Dios, vencerá al régimen
sionista”.
Desde la madrugada
del 13 de junio, tras un ataque aéreo israelí contra instalaciones iraníes,
ambos países han mantenido un intercambio de fuego directo que eleva el riesgo
de una guerra regional abierta. La respuesta internacional no se hizo esperar:
Rusia y China condenaron enérgicamente la ofensiva israelí, mientras que
Vladimir Putin expresó su preocupación ante el presidente estadounidense,
Donald Trump, por el riesgo de una “catástrofe nuclear a gran escala”.
En América Latina,
Brasil, Venezuela, Cuba y Nicaragua rechazaron el accionar de Tel Aviv, al
igual que Turquía, Arabia Saudita, Egipto y Pakistán, entre otras naciones del
mundo islámico.
La comunidad
internacional observa con alarma una escalada bélica sin precedentes entre
Teherán y Tel Aviv, que amenaza con desestabilizar todo el Medio Oriente y
arrastrar a otras potencias a un conflicto de consecuencias imprevisibles.