La 35ª edición de
la Fiesta Nacional, que también será la 21ª del Mercosur y la 5ª Celebración
Mundial del Chamamé, llega en tiempos difíciles. Octubre termina sin anuncios
oficiales ni promoción en países vecinos, algo que tradicionalmente ya estaría
en marcha a esta altura del año.
La reciente experiencia del “Taragüí Rock”, que redujo
días y contrataciones, encendió las alarmas. Todo indica que el Chamamé podría
enfrentar un recorte similar, con menos noches y una grilla centrada en
artistas locales.
El impacto de la “motosierra” y la suba del dólar
complican la organización de la mayor fiesta cultural de Corrientes. Los costos
se triplicaron respecto al año pasado, mientras que las entradas mantienen
precios simbólicos, lo que impide equilibrar el presupuesto.
Entre la austeridad y la incertidumbre, el Chamamé se
prepara para resistir como lo que siempre fue: refugio de la identidad
correntina. Pero, por ahora, reina el silencio.
Fuente:
Corrientes Hoy






