Una docente de la
Escuela Piragine Niveyro de la ciudad de Corrientes presentó su renuncia luego
de atravesar una grave crisis emocional frente a sus alumnos. Según relataron
testigos, la maestra —visiblemente agotada— explotó en medio de la clase, entre
gritos, insultos y golpes sobre los pupitres, manifestando su hartazgo por el
mal comportamiento constante de los estudiantes.
En su desborde, lanzó frases que generaron fuerte
indignación: “¡Se terminó! Pedí sanciones colectivas para todos. ¡Me cansaron,
basta!”, “La gente hace cosas buenas por vos y no lo ves”, “Si no les gusta la
escuela, váyanse”, e incluso “Estás enojado con la vida, andá a tirarte del
puente”.
Más allá de la gravedad de las expresiones, el hecho
refleja un problema mucho más profundo: la salud emocional de los docentes, que
enfrentan aulas desbordadas, falta de acompañamiento institucional y una
creciente sensación de abandono.
Desde el colectivo Docentes Autoconvocados Corrientes señalaron que este
caso no es aislado, sino parte de un deterioro sistemático de la educación
pública. “Los maestros están agotados, sobrecargados por tareas administrativas
inútiles, desautorizados ante padres y alumnos, y sin respaldo de las
autoridades educativas”, expresaron.
El episodio reavivó el
reclamo por políticas concretas de contención psicológica y acompañamiento
docente, en un contexto donde —aseguran— la ministra de Educación se muestra
más preocupada por la campaña electoral que por atender una crisis que ya roza
el colapso.
Fuente: Docentes AUTOconvocados Corrientes

