Tras la volatilidad monetaria, el Gobierno logró absorber pesos con bonos y encajes, pero el mercado duda de la estabilidad de tasas y tipo de cambio en la previa a los comicios de septiembre y octubre.
Luego de varios
días de turbulencia financiera, el Gobierno nacional consiguió calmar el frente
cambiario gracias a una serie de medidas del Banco Central y a la última
licitación del Tesoro, que permitió absorber casi la totalidad de los pesos
excedentes. La jugada evitó, por ahora, un salto brusco del dólar, que se
mantiene en torno a los $1.300, aunque la City porteña y el sector privado
siguen mirando con cautela el escenario preelectoral.
La Secretaría de
Finanzas logró captar $3,7 billones en bonos ajustados por TAMAR + 1% y otros
$2 billones que se destinarán a encajes obligatorios de los bancos. El billón
restante no genera mayor preocupación en el mercado, aunque la atención está
puesta en las tasas de interés: hoy rondan el 69% en instrumentos de corto
plazo y el 60% en créditos productivos, un nivel que condiciona la actividad económica.
En este contexto,
empresarios y analistas financieros advierten que la “pax cambiaria” podría
durar solo hasta las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y las
nacionales del 27 de octubre. La expectativa es que, una vez superada la cita
electoral, el Gobierno deba corregir el esquema cambiario o las tasas de
referencia, dado que las actuales reglas se perciben transitorias.
La consultora LCG
señaló que el tipo de cambio podría acercarse al límite superior de la banda,
lo que reactivaría medidas de contención en plena campaña. En tanto, Claudio
Caprarulo, director de Analytica, advirtió que “si no hay una corrección de
tasas antes de las elecciones, en el post tiene que haber”, en referencia a la
fragilidad del programa de acumulación de reservas.
En paralelo, el
enfriamiento de la actividad económica también modera la presión sobre el
dólar: la caída del consumo y la menor demanda de importaciones limitan la
dolarización masiva de carteras. Sin embargo, sectores vinculados al comercio
exterior reconocen un aumento en el stockeo de bienes terminados de consumo y
en operaciones de e-commerce, donde la expectativa de devaluación sigue
latente.
Desde el Gobierno,
la estrategia electoral busca alinear la estabilidad cambiaria con el resultado
en las urnas. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, planteó que “para
despejar el riesgo kuka hay que votar bien”, mientras el ministro de Economía,
Luis Caputo, defendió la reducción del déficit financiero como prueba de la
efectividad del programa.
La pulseada entre
tasas altas, dólar controlado y clima electoral define una calma tensa en el
mercado, que espera las urnas para conocer el rumbo definitivo de la política
económica.
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