La industria forestal de Corrientes atraviesa uno
de los momentos más delicados de los últimos años. El parque forestoindustrial
de Santa Rosa —núcleo productivo y generador de empleo regional— opera con
planteles reducidos, suspensiones rotativas y líneas de producción que
funcionan solo algunos días por semana.
La Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines de
Corrientes (AMAC) confirmó que gran parte de las firmas trabajan por debajo
del 50% de su capacidad instalada, mientras que otras ya cerraron o
frenaron actividades por completo. La falta de previsibilidad económica y la
ausencia de medidas que acompañen a las economías regionales intensificaron la
crisis.
En Santa Rosa, donde se concentra el mayor número
de industrias del sector, el impacto es más severo. Empresarios señalaron que
la ecuación productiva se volvió insostenible: los insumos, repuestos,
energía y maquinaria se pagan en dólares, pero el precio de la madera y de
los productos terminados permanece estancado. A esto se suma la caída del
mercado interno, con menos actividad en construcción y mueblería, rubros
que sostienen la cadena forestoindustrial.
Ramón Sotelo, presidente del parque industrial,
advirtió que cientos de trabajadores conviven con suspensiones sin sueldo
completo, ingresos menguados y un horizonte incierto. Si no hay
intervención estatal, alertó, podrían multiplicarse los cierres de plantas,
afectando a miles de empleos directos e indirectos que dependen del sector.
La AMAC reclama líneas de crédito accesibles,
alivio fiscal y un canal de diálogo activo con el Gobierno nacional. Sin
respuestas concretas, la situación se agrava día a día. Empresarios remarcan
que los costos se ajustan al dólar mientras la recaudación es en pesos
depreciados, y que la presión impositiva impide compensar la pérdida de
rentabilidad.
El panorama no es exclusivo de Corrientes. En
Misiones —referente forestoindustrial del NEA— también se registran tensiones
productivas, aunque con matices propios. Sin embargo, para las pymes
correntinas se suma un factor adicional: la competencia desleal.
Denuncian que la crisis favorece la informalidad, evasión impositiva y
comercialización de productos a precios de descarte, lo que desplaza a quienes
cumplen normas laborales y fiscales.
El sector maderero advierte que el tiempo se
acorta. Sin medidas de sostén, financiamiento accesible o políticas activas,
Santa Rosa puede ingresar en una fase de desindustrialización difícil de
revertir.









