Los Cuerpos de la
Guardia Revolucionaria Islámica de Irán confirmaron una nueva ofensiva contra
Israel, la decimoctava desde el inicio de su operación de represalia denominada
"Promesa Verdadera 3". Según el comunicado oficial, los objetivos
designados "han sido destruidos con éxito", en una acción que incluyó
el uso masivo de drones kamikaze Shahed 136 y misiles de precisión de
combustible sólido y líquido.
La ofensiva se
dirigió especialmente a zonas consideradas claves por el mando militar iraní,
como la Palestina central ocupada y el aeropuerto Ben Gurión, señalando que se
trataba de centros de apoyo operativo y objetivos militares israelíes. A pesar
de los sistemas de defensa avanzada desplegados por Israel, Irán aseguró que varios
escuadrones de drones Shahed lograron cumplir sus misiones sin ser
interceptados.
Horas antes,
medios israelíes e iraníes reportaron el lanzamiento de hasta una decena de
misiles balísticos por parte de Teherán, con informes de impactos y un incendio
en Tel Aviv. La prensa israelí más tarde vinculó el hecho a la caída de
fragmentos de un misil interceptor.
Desde el 13 de
junio, cuando Israel realizó un ataque considerado "no provocado"
contra territorio iraní, ambos países han protagonizado una peligrosa escalada
de ataques cruzados. La comunidad internacional, incluyendo a potencias como
Rusia y China, condenó con dureza la ofensiva israelí, calificándola de
violación al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas. La
tensión en Medio Oriente continúa en aumento, en un contexto de creciente
preocupación global.