Durante los últimos años, la
impunidad se ha convertido en una constante en la región. Según Mac Haynes,
productor ganadero y veterinario de Virasoro, la situación se ha agravado, al
punto que los productores de la zona se reunirán esta tarde en Santo Tomé para
redactar un documento de reclamo dirigido a la Justicia, a la Fiscalía Rural y
al Ministerio de la Producción y de Seguridad.
“Queremos explicaciones, queremos
saber qué está pasando, por qué no se soluciona de una vez esta situación, es
poco y nada lo que se está logrando”, declaró Haynes, enfatizando además la
necesidad de reunirse con el fiscal rural para aclarar la situación.
El productor denunció la falta de
efectividad de la Policía Rural, resaltando que, a pesar del cambio en la
jefatura, la mejora fue efímera. “La Policía Rural está totalmente desprovista.
La mitad de los policías son buenos, pero de la otra mitad tenemos dudas”,
agregó.
Descuido y Fallas en el Control
El diagnóstico de la situación,
explicado por Haynes, revela que la ausencia de controles adecuados facilita el
accionar de los delincuentes, quienes ingresan a los campos, faenan a los
animales y se llevan la carne, dejando pérdidas millonarias a los ganaderos. El
uso irregular de vehículos y la falta de recursos, como cubiertas en las
camionetas policiales y motos para la patrulla, agravan el problema.
Fernando Stein, productor de Santo
Tomé, compartió su dolorosa experiencia. “El sábado, al amanecer, recibimos un
llamado de nuestro secretario del campo. Nos habían faenado tres animales. Dos
de ellos estaban preñados y ya bastante grandes”, relató. Stein, que en lo que
va del año ya perdió catorce animales, evidenció el impacto económico del
delito. “Dos de los animales robados eran vaquillonas que compré en la cabaña
Las Brisas, de Santo Tomé. Las iba a usar para reproducción. Cada una costaba
entre 2 y 2,5 millones de pesos”, puntualizó.
Una Crisis Sin Solución
La faena ilegal y los cortes en los
alambrados se han vuelto parte de la rutina diaria en la zona. Los productores
denuncian que, a pesar de los esfuerzos por informar a las autoridades, la
respuesta es insuficiente. “La Policía llegó 30 minutos después para constatar
la situación, pero los ladrones casi siempre logran evadir la captura. En un
caso, a pesar de detener a los responsables, estos fueron liberados apenas tres
días después”, indicó Stein.
Con cada nuevo robo y cada corte en
el alambrado, la desesperación crece entre los productores de Santo Tomé y sus
vecinos, quienes claman por una intervención efectiva que ponga fin a esta
crisis de inseguridad rural en Corrientes.