Aunque se registraron
algunos batacazos opositores en localidades de menor peso electoral como
Riachuelo y Sauce, el mapa político provincial ratificó un claro predominio de Vamos Corrientes, que no sólo retuvo
comunas gravitantes como Capital, Goya e
Ituzaingó, sino que también arrebató al justicialismo municipios
simbólicos como Paso de los Libres, San
Roque y Mercedes.
Los cálculos de ciertos “expertos” que alentaban la
posibilidad de un balotaje ante la división del voto entre siete frentes
opositores quedaron desmentidos por la contundencia de las urnas. El
electorado, lejos de dispersarse, acompañó masivamente al oficialismo. Tampoco
se cumplieron los pronósticos de abstención: la participación alcanzó el 72,4%, un dato que ratifica la vocación
cívica de los correntinos.
El proceso electoral, sin embargo, volvió a mostrar
una debilidad ya conocida: el fracaso del
sitio oficial del escrutinio provisorio, que colapsó pasada las 22.30,
impidiendo a la prensa y a los propios partidos acceder a resultados
confiables. Esta demora frenó conferencias tanto en el búnker opositor de
Martín “Tincho” Ascúa como en el oficialismo provincial.
Desde sectores de Limpiar Corrientes se sugirieron “irregularidades
durante todo el proceso electoral”, sin animarse a hablar de fraude, una
acusación que requiere pruebas contundentes y en el acto mismo. La falta de
transparencia tecnológica alimentó sospechas, pero en términos políticos el
mensaje de las urnas fue categórico: Vamos
Corrientes logró ampliar y consolidar su poder territorial.