En una nueva demostración de capacidades militares,
el canal estatal CCTV de China difundió un video animado donde muestra
un misterioso misil con la capacidad de colapsar redes eléctricas
enemigas, provocando una “pérdida total de la electricidad” en áreas
estratégicas.
Según informó el diario South China Morning Post,
el proyectil sería una bomba de grafito, similar a las empleadas por Estados
Unidos en la Guerra del Golfo (1991) y en Kosovo (1999), utilizadas
para inutilizar infraestructuras energéticas sin causar víctimas directas.
En el video, el misil es lanzado desde un vehículo
terrestre y al alcanzar su objetivo libera unas 90 submuniciones cilíndricas,
que tras rebotar en el suelo explotan en el aire y dispersan filamentos de
carbono químicamente modificados. Estos provocarían cortocircuitos
masivos al contacto con cables de alta tensión, dejando fuera de servicio
centros de comando, subestaciones y otras instalaciones críticas. La zona de
impacto mínima estimada sería de 10.000 metros cuadrados.
El video no especifica si el misil ya está en
servicio ni en qué fase de desarrollo se encuentra. Lo que sí se detalló es que
tiene un alcance de 290 kilómetros y una ojiva de 490 kilogramos,
lo que lo vuelve una opción ideal para desactivar objetivos sensibles a
distancia.
Algunos medios chinos apodaron al proyectil como el
"asesino oscuro", y sugieren que podría tratarse de una
versión para exportación, similar a los misiles CM-302 vendidos a
Pakistán, aunque todavía no se ha confirmado su incorporación al arsenal activo
del Ejército Popular de Liberación.
La aparición de esta arma resalta los esfuerzos del
gobierno de Pekín por modernizar su defensa nacional, enfocándose en
tecnologías que puedan definir las guerras del futuro mediante la guerra
electrónica y de infraestructura, sin recurrir a destrucción directa.