Documentos desclasificados y presencia nazi
El Archivo General de la Nación
(AGN) puso en línea esta semana una serie de expedientes secretos sobre las
actividades nazis en Argentina, cumpliendo así una reciente decisión del
Gobierno nacional. Son alrededor de 1.850 piezas documentales digitalizadas que
hasta ahora sólo podían consultarse en una sala especial de ese archivo. El
material comprende informes y planillas policiacas, además de decretos presidenciales
reservados, y fue entregado en copia al Centro Simón Wiesenthal tras una
solicitud del mismo organismo al presidente Javier Milei. Esta apertura permite
que historiadores y ciudadanos examinen libremente fuentes originales que
detallan la huida de jerarcas nazis al país y sus actividades ocultas durante
las décadas posteriores a 1945.
Jerarcas nazis en Argentina
Los archivos documentan la
presencia de varios altos mandos del Tercer Reich en suelo argentino. Por
ejemplo, figura el caso de Josef Mengele, conocido como “el ángel de la muerte”
de Auschwitz, quien arribó a Buenos Aires en junio de 1949 con pasaporte falso
(bajo el nombre Helmut Gregor) y vivió oculto en la capital hasta mediados de
los ’50. En 1956 solicitó un nuevo DNI con su verdadero nombre, y mantuvo
correspondencia con agentes de seguridad argentinos mientras planificaba un
viaje a Uruguay para casarse con la viuda de su hermano. También incluyen
registros de Adolf Eichmann (arquitecto de la “solución final”), que ingresó al
país en 1950 como “Riccardo Klement” con un pasaporte de la Cruz Roja, y vivió
en San Fernando (Buenos Aires) hasta su captura por el Mossad en 1960
(operación en la que, según los informes, participaron fuerzas de seguridad
argentinas). Otro legajo corresponde a Walter Kutschmann, oficial de la Gestapo
responsable de millares de asesinatos en Polonia, que fue localizado en Miramar
usando el nombre falso de Pedro Ricardo Olmo. En todos los casos los documentos
contienen recortes de prensa internacional (por ejemplo, un artículo del
Jerusalem Post de 1959 sobre los crímenes de Mengele) y comunicaciones entre
agencias policiales que rastrean sus rutas de fuga y sospechosos refugios
sudamericanos.
La Policía de Corrientes en la investigación
La Policía de la provincia de
Corrientes intervino activamente en estas pesquisas. En enero de 1949 esa
fuerza envió una circular al Ministerio del Interior advirtiendo sobre la
posible presencia de Martin Bormann en la zona: el informe describía al
fugitivo nazi (de 1,60 a 1,70 m, espalda ancha, patizambo, canoso y con
posibles cicatrices) y afirmaba que “se encuentra radicando en la ciudad de
Posadas, Misiones”. La misma alerta fue solicitada por autoridades de los
Estados Unidos y derivada a la Policía Federal argentina. Más adelante, la
fuerza correntina colaboró en otras investigaciones provinciales: por ejemplo,
participó en el caso de Walter Flegel cuando se descubrió su residencia en esa
provincia. Flegel había trabajado para una empresa de construcción y viajado
por San Juan, Catamarca, Buenos Aires y Corrientes; en 1944 se instaló en Paso
de los Libres, donde conoció a la joven Haydee Colinett (hija de un proveedor
de la empresa) y la tomó por esposa tras un noviazgo de un año. Este
asentamiento personal dio pie a la conocida «caza de Bormann» en Corrientes,
pues los agentes que lo detuvieron notaron su sospechoso parecido con el
jerarca nazi.
El caso de Paso de los Libres
El episodio de Paso de los Libres
es ilustrativo. En septiembre de 1960 la Policía Federal arrestó allí a Walter
Wilhelm Flegel, un trabajador alemán de 48 años, creyendo que podía tratarse de
Martin Bormann. Sin embargo, el historial policial y los rasgos físicos de
Flegel (medía más y tenía un brazo amputado, sin tatuajes nazis) demostraron
que era una persona común y no el criminal buscado. Flegel, que había llegado
al país en 1931, relató a los investigadores cómo durante sus viajes por
trabajo conoció a la adolescente Haydee, se enamoró y se casó con ella en Paso
de los Libres. Tras algunas semanas detenido, fue liberado y la prensa de la
época calificó el episodio como un “habitual ‘aquí no ha pasado nada’”. No
obstante, la noticia captó la atención nacional y alimentó especulaciones. El
diario alemán Argentinisches Tageblatt informó en junio de 1960 sobre la
supuesta presencia de Bormann en el país, afirmando que fuerzas israelíes lo
buscaban mientras el gobierno argentino lo protegía. Incluso se sugirió que
Bormann podría haber muerto “ya sea en Paso de los Libres, en la frontera
argentino-brasileña” o en Bariloche.
El mito y la verdad sobre Martin Bormann
El arresto de Flegel encarnó el
mito de Bormann en Argentina. Por décadas se especuló que el lugarteniente de
Hitler había huido a Sudamérica, incluso fue juzgado en ausencia. Sin embargo,
los documentos desclasificados confirman que los primeros reportes argentinos
sobre Bormann nunca se concretaron. En 1972 obreros hallaron en Berlín dos
esqueletos cerca de una obra y, tras casi 30 años de debate, los restos fueron
analizados por ADN a fines de los ’90: el resultado confirmó que los huesos
eran del propio Bormann. Así, el enigma terminó cuando el genetista Andreas
Hedbach comparó el ADN encontrado con el de familiares y cerró el caso en 1998.
No obstante, aún hoy permanece la curiosidad por saber por qué aquellos restos
presentaban tierra rojiza similar a la región de Misiones o el norte argentino.
Acceso público y valor histórico
La apertura de estos archivos ha
sido celebrada por historiadores y organizaciones de derechos humanos. Según el
director del Centro Wiesenthal, Ariel Gelblung, la publicación no aporta
“información nueva para los entendidos” pero sí permite que cualquier persona
forme su propia opinión a partir de fuentes directas de la época. Ahora
cualquier investigador o ciudadano interesado puede consultar en línea estos
documentos, antes inaccesibles salvo en dependencias especiales del AGN. De
este modo, la nueva documentación desclasificada abre ventanas históricas sobre
la presencia nazi en la Argentina y da pie a futuras pesquisas sobre aquellos
años oscuros.