Entre fines de
2023 y diciembre de 2025, las tarifas eléctricas de la Dirección Provincial de
Energía de Corrientes (DPEC) se incrementaron más de un 500% para los usuarios
residenciales. En el mismo período, las facturas de los sectores comercial e
industrial también se multiplicaron varias veces, producto de la eliminación
progresiva de subsidios nacionales, la inflación acumulada y los aumentos del
Valor Agregado de Distribución (VAD) autorizados por el gobierno provincial.
El primer gran
salto se produjo en enero de 2024, cuando entró en vigencia un nuevo cuadro
tarifario que reflejó la quita de subsidios dispuesta por el gobierno nacional.
Las boletas se dispararon desde los primeros vencimientos, y a mitad de año ya
se acumulaban subas superiores al 230%. La situación fue generalizada: afectó a
hogares, comercios e industrias por igual. El impacto fue particularmente grave
en sectores de bajos ingresos que habían perdido subsidios previos y ya no podían
afrontar los nuevos valores.
Durante el segundo
semestre de 2024, la DPEC aplicó nuevas subas en su componente provincial. En
septiembre, un aumento del 20% en el VAD llevó el incremento acumulado del año
a cerca del 500%. Según autoridades legislativas provinciales, ese número
reflejaba la magnitud real del ajuste energético, que superó la inflación
general. Mientras tanto, las audiencias públicas convocadas en febrero y
diciembre sirvieron para legitimar los tramos del tarifazo provincial.
En 2025, la
provincia comenzó a implementar un mecanismo automático para trasladar
directamente los aumentos mayoristas nacionales a las tarifas locales. Con
esto, cualquier modificación del precio de la energía, transporte o potencia
impactó en las boletas sin necesidad de nuevas resoluciones tarifarias. A pesar
de ciertos subsidios transitorios, el ritmo inflacionario y la dolarización
progresiva del servicio terminaron de consolidar el ajuste.
En noviembre y
diciembre de 2025 se aprobaron los últimos incrementos del período. Para los
usuarios residenciales, la suba fue del 10% al 15%, mientras que para comercios
e industrias rondó entre el 3,5% y el 4%. Paralelamente, el gobierno nacional
anunció el fin total de los subsidios a partir de diciembre. Corrientes adoptó
el nuevo cuadro sin asistencia estatal, completando así el proceso de ajuste
iniciado dos años antes.
En total, los
usuarios residenciales de la provincia vieron cómo sus tarifas se
quintuplicaron en solo 24 meses. Las familias de ingresos bajos fueron las más
perjudicadas, obligadas a reducir consumos o endeudarse para pagar el servicio.
En el sector comercial, muchas pymes debieron reajustar costos y hasta reducir
personal ante la imposibilidad de afrontar facturas que en algunos casos
superaron el millón de pesos. En tanto, industrias y grandes consumidores
también denunciaron que el costo eléctrico se volvió insostenible para
actividades intensivas en energía.
El tarifazo
eléctrico de 2024–2025 quedará registrado como uno de los más profundos en la
historia reciente de Corrientes. Más allá de eventuales mejoras futuras en
generación o calidad de servicio, para miles de hogares y empresas el golpe ya
está dado.









