El hallazgo ocurrió el 9 de octubre en la playa de Warthon, cerca
de Esperance, cuando Deb Brown caminaba junto a su familia en una de sus
habituales jornadas de limpieza costera. Dentro de una botella de vidrio de
Schweppes, descubrieron dos papeles envejecidos pero legibles, fechados el 15
de agosto de 1916.
Las
cartas habían sido escritas por los soldados Malcolm Neville, de 28 años, y
William Harley, de 37, ambos tripulantes del barco HMAT A70 Ballarat, que
partió desde Adelaida rumbo a Europa para reforzar al Batallón de Infantería
Australiano. Neville escribía con entusiasmo a su madre sobre el viaje y la
buena comida, sin saber que moriría meses después en el frente de batalla en
1917. Harley, en cambio, sobrevivió a la guerra, aunque años más tarde falleció
de cáncer, consecuencia del gas tóxico respirado en las trincheras.
Deb
Brown logró contactar a los descendientes de ambos combatientes, quienes
recibieron las cartas con profunda emoción. Herbie Neville, sobrino nieto de
Malcolm, calificó el hecho como “increíble y conmovedor”, mientras que Ann
Turner, nieta de Harley, aseguró que “se siente como un mensaje desde la
tumba”.
Según expertos, la botella pudo haber permanecido enterrada bajo
la arena durante más de un siglo, protegida del deterioro. Hoy, ese mensaje
perdido del mar devuelve voces de la Gran Guerra, cruzando el tiempo para
recordar que, incluso en medio de la barbarie, los hombres seguían escribiendo
con ternura.

