La Cámara de
Diputados de la Nación dio una lección de institucionalidad y sensibilidad
social al rechazar, con 172 votos afirmativos, el veto del presidente Javier
Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. La oposición alcanzó la mayoría
especial de dos tercios y así restituyó una norma que busca proteger a uno de
los sectores más vulnerables del país.
Pero entre los nombres que quedaron marcados por la
vergüenza, se repite una constante: el correntino Lisandro Almirón. El diputado
de La Libertad Avanza, que se muestra en campaña con aspiraciones de ser
gobernador de Corrientes, decidió ponerse del lado de Milei y contra las
personas con discapacidad. Su voto fue un aval directo al desprecio
presidencial hacia una ley que apunta a garantizar derechos básicos.
No estuvo solo: otro correntino, Federico Tournier
—socio político de Pedro Cassani y hoy aliado de los libertarios— también
acompañó el veto. Una decisión que deja al descubierto hasta dónde están
dispuestos a llegar para alinearse con el poder central, incluso a costa de
darle la espalda a miles de familias que dependen de estas políticas.
En paralelo, el ausentismo volvió a ser el sello de
Manuel Aguirre, que otra vez brilló por su ausencia en una votación
trascendental. El legislador, con un largo historial de faltazos, prefirió no
estar en un debate donde se jugaba la dignidad de un sector postergado.
Mientras el Congreso enviaba un mensaje claro a Milei,
en Corrientes quedaron expuestas las miserias políticas de dirigentes que
pretenden gobernar pero no son capaces de defender a los más vulnerables. El
“proyecto Almirón” para Corrientes empieza a mostrar su verdadera cara: la de
un dirigente que, a la hora de elegir, prefiere el ajuste antes que la justicia
social.